La normativa actual obliga a todas las cocinas profesionales, como las que encontramos en bares, restaurantes u hoteles, ya que suponen un elevado riesgo de incendio ya que son espacios que aúnan elementos altamente inflamables (aceites, grasas, etc.) junto con elevadas temperaturas. Es por ello que disponen de dos focos principales que pueden originar un incendio como son las campanas extractoras o los fogones o lugares en los que se realiza la cocción de los alimentos.
Estos sistemas de extinción disponen de un sistema de activación automática cuando la temperatura supera los 93ºC, liberando un agente espumoso que refrigera y reduce la temperatura evitando que el fuego se reavive. Esta tipología de sistemas de extinción se aplica obligatoriamente en cocinas de más de 50KW y en cocinas públicas hospitalarias o residenciales, de más de 20KW.